viernes, 7 de abril de 2017

Pesentaciòn


Mi nombre es Daniela Valentina Alvarado Panicu, soy  alumna de segundo medio y aqui dejare el material de estudio de este año.



unidad nº1 
fichas de sistesis

Los pueblos indígenas y la administración colonial.( Páginas 24 a 29)

La administración colonial creó distintas instituciones que reglamentaron su relación con los pueblos que habitaban los territorios conquistados, como por ejemplo la encomienda, la mita, el repartimiento y la esclavitud en el caso de rebeliones o ataques indígenas (principalmente durante el siglo XVII). Los indígenas eran considerados súbditos de la Corona, pero no por eso recibieron el mismo trato que los españoles. Por lo general, los indígenas debieron soportar grandes abusos y su población se vio disminuida como consecuencia de los trabajos a los que eran forzados y las enfermedades traídas por los europeos. Más tarde, la población indígena fue ubicada en reducciones llamadas pueblos de indios.


Indígenas y españoles durante el período colonial en Chile  (Páginas 30 a 39)

A fines del período colonial, se produjeron formas de resistencia indígena estimuladas por los abusos de las autoridades coloniales. En la zona centro-sur destacó el conflicto con los mapuches, conocido como guerra de Arauco, que pasó por distintas etapas: guerra ofensiva, guerra defensiva y parlamentos. Durante los siglos XVII y XVIII, los mapuches migraron hacia las pampas argentinas en busca de ganado libre y cambiaron la agricultura por la ganadería y el comercio de trueque o conchavo. Se relacionaron con los pueblos de esa región difundiendo su cultura e idioma, proceso conocido como araucanización de las pampas.

Imperio de los Habsburgo. (Páginas 52 a 57)

Durante los siglos XVI y XVII, el Imperio español fue dirigido por la dinastía de los Habsburgo y el rey era la primera autoridad imperial. Los Habsburgos organizaron su imperio apoyados en distintas instituciones, unas con asiento en España y otras localizadas en América. Entre las primeras podemos nombrar al Consejo de Indias y la Casa de Contratación. En América, las instituciones fueron: los virreyes, la Real Audiencia y los cabildos, entre otras. Chile pertenecía al virreinato del Perú con el que mantenía una fuerte dependencia económica, y su principal autoridad era el gobernador. España ejerció un estricto monopolio comercial sobre sus colonias americanas, de las que en un principio extrajo oro y plata, además de cobrar una serie de impuestos. El sistema económico colonial se basó en tres grandes actividades: la minería, el comercio y la agricultura.

Reformismo ilustrado: la política centralizadora y modernizante del siglo XVIII. (Páginas 58 a 65)

Los reyes borbones subieron al trono español a principios del siglo XVIII. Basaron su gobierno en dos pilares: las ideas de la Ilustración y el Estado absolutista, que resultó en lo que se llamó despotismo ilustrado. Introdujeron varias reformas administrativas y económicas en España y en América, como el Reglamento de Libre Comercio, la creación de dos nuevos virreinatos y las intendencias. Las reformas económicas permitieron una lenta apertura del comercio de Chile con el virreinato de la Plata

Sociedad en el período colonial. (Páginas 66 a 71 )

En la cúspide de la sociedad colonial se ubicaron los hispanos o peninsulares y los criollos o españoles americanos. Los grupos mestizos conformaban el grueso de la población americana, coexistiendo con otros segmentos sociales como los indígenas y los afrodescendientes. La hacienda constituyó una de las bases económicas y sociales de este período. Se concentró en la exportación de productos agropecuarios y agrícolas, en particular el trigo a fines del siglo XVII y XVIII, y se extendió el inquilinaje como sistema de trabajo, que dio origen al campesinado chileno. En el siglo XVIII, los Borbones impulsaron el desarrollo urbanístico a través de obras públicas y la fundación de nuevas ciudades para agrupar población rural dispersa. Los elementos básicos del legado español son el idioma castellano, la religión católica, el concepto político basado en una autoridad fuerte y centralista, el patriarcado y una estructura económica basada en la hacienda.

unidad nº2

Factores que precipitaron el movimiento independentista (Páginas 96 a 101)

La invasión de Bonaparte a la Península Ibérica y la abdicación de Fernando VII desencadenaron una crisis monárquica en España y sus colonias americanas. Se organizaron entonces juntas de gobierno que reclamaban que, en ausencia del rey, la soberanía debía retornar al pueblo. Esta crisis coincidió además con el descontento acumulado de los criollos americanos por las políticas centralistas de los borbones. A esto se sumaron los efectos de la independencia de Estados Unidos en 1775 y el estallido de la Revolución francesa en 1789. Por otra parte, las distintas guerras que enfrentó España desde 1779 a 1813, debilitaron su capacidad para controlar a las colonias.

Las guerras de independencia (Páginas 102 a 107  )

El proceso de independencia en Chile se inició con la instalación de la Primera Junta de Gobierno el 18 de septiembre de 1810, aunque en aquel momento los patriotas decididos por la emancipación total de España eran una minoría. Sin embargo, los hechos ocurridos durante la Patria Vieja (1810 a 1814) y la Reconquista española (1814 a 1817) hicieron irreversible el camino independentista. Entre septiembre de 1810 y octubre de 1814 se realizaron reformas trascendentales. En ese período, Chile enfrentó tres ejércitos de reconquista enviados desde el Perú. La Independencia fue proclamada el 12 de febrero de 1818 por Bernardo O’Higgins, elegido Director Supremo de la nación.

Impacto de la guerra de Independencia Páginas 108 a 117

Las guerras de independencia causaron devastación en campos y ciudades, particularmente en la zona central del país, entre Santiago y Concepción, donde se libraron la mayoría de los combates y batallas. Tras la renuncia de O’Higgins en 1823, se abrió un período en que predominaron las autoridades provinciales sobre las nacionales. En esos años se promulgaron dos constituciones: la moralista de 1823 y la liberal de 1828. En la segunda mitad de esa década recrudeció el conflicto entre los primeros grupos políticos liberales y conservadores, los que finalmente se enfrentaron en una guerra entre 1829-1830, en la que se impusieron los conservadores liderados por Diego Portales.

 Inicios del proyecto republicano y los gobiernos conservadores Páginas 120 a 143

Se denominan decenios conservadores a los gobiernos de José Joaquín Prieto (1831 a 1841), Manuel Bulnes (1841 a 1851) y Manuel Montt (1851 a 1861). Durante este período dominaron los preceptos autoritarios, centralistas y presidencialistas de la Constitución de 1833. Entre los años 1836 y 1839 Chile salió vencedor en la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, hito que fortaleció el sentimiento nacional. Entre los años 1831 y 1861, los grupos liberales manifestaron de diversas formas su oposición al régimen de gobierno, llegando a la insurrección armada en 1851 y 1859. Finalmente, un hecho menor, la cuestión del sacristán, fracturó las filas del conservadurismo y en 1861 fue elegido presidente José Joaquín Pérez, con el apoyo de la fusión liberal-conservadora.

El inicio de la época liberal Páginas 146 a 153

El liberalismo en Chile se desarrolló desde los inicios de la Independencia. Entre 1830 y 1850, se desarrolló el movimiento cultural de 1842 y la Sociedad Literaria, vinculados a la cultura y el pensamiento liberal. Además, surgieron nuevas formas de sociabilidad que expresaron ideas de cambio y de reforma a la estructura política. Las más influyentes fueron el Club de la Reforma, la Sociedad de la Igualdad, el Partido Liberal y el Partido Radical.

Las reformas liberales Páginas 154 a 163
En 1861 se iniciaron las reformas constitucionales que, en su mayor parte, se concretaron entre 1871 y 1884. Estas reformas disminuyeron las facultades del Ejecutivo y aumentaron las atribuciones del Congreso. El proceso de secularización, promovida por las tendencias liberales. Este proceso se inició en 1865 y continuó en la década de 1880 cuando se promulgaron las leyes laicas


unidad nº3

El territorio de Chile hasta 1866. Páginas 182 a 189

Durante las primeras décadas después de lograda la Independencia, Chile se preocupó de ejercer soberanía sobre las tierras que habían pertenecido a la antigua Gobernación, según el principio llamado uti possidetis juris de 1810, que establecía que las fronteras de las nuevas repúblicas hispanoamericanas respetarían los límites coloniales. Sin embargo, los gobiernos de los nuevos países diferían en algunos aspectos relativos a los límites, lo que provocó conflictos. En el caso de Chile, esto sucedió con Bolivia y Argentina.

Disputa con Argentina y ocupación de la Araucanía. Páginas 190 a 197

Mientras se desarrollaba la guerra del Pacífico, en 1881 los Gobiernos chileno y argentino resolvieron la disputa que mantenían por los territorios de la Patagonia, el estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego. A partir de 1840 creció el número de chilenos residentes en la Araucanía. En 1868, el Estado estableció una línea de fuertes en el río Malleco, es decir, trasladó hacia el sur la frontera que hasta ese tiempo se ubicaba en el río Biobío. En 1878, fue construida una siguiente línea de fuertes en el río Traiguén y en 1881 se completó la ocupación de todo ese territorio.

Guerra del Pacífico. Páginas 198 a 203

En 1866, Chile y Bolivia firmaron un tratado que situó el límite entre ambos países en el paralelo 24, además de estipular ciertos acuerdos econó- micos. En 1874 firmaron un nuevo tratado que mantuvo el límite en el paralelo 24, pero que incluyó una cláusula que obligaba al Gobierno boliviano a no subir los impuestos a las empresas salitreras chilenas ubicadas en su territorio. En 1878, Bolivia aumentó los impuestos a la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, lo que motivó el inicio de la guerra del Pacífico. Perú, que había firmado una alianza militar con Bolivia en secreto, también se hizo parte del conflicto. Finalmente, las fuerzas chilenas obtuvieron una aplastante victoria sobre estos países. En 1883, Perú y Chile firmaron el Tratado de Ancón y al año siguiente, Chile y Bolivia firman el Pacto de Tregua, el que estipuló que Chile seguiría gobernando con sujeción al régimen político administrativo de la ley chilena, los territorios desde el paralelo 23 hasta la desembocadura del río Loa.

Políticas estatales para expandir el territorio. Páginas 204 a 211

El Estado chileno realizó grandes esfuerzos para conocer el espacio geográfico nacional y expandir su territorio a lo largo del tiempo. En gran medida, el dominio del territorio nacional ha dependido del desarrollo de una red de transportes y comunicación. A mediados de 1870, Chile contaba con una red de ferrocarriles de cerca de 1 600 kilómetros. Además, se había extendido una red telegráfica sobre gran parte del territorio nacional, conectada, además, con el extranjero.

La economía chilena 1860-1883   Páginas 217 a 223

Hasta la década de 1880 la economía chilena se basaba en la exportación de productos mineros (plata, cobre y carbón) y agrícolas (principalmente el cultivo y molienda de trigo). Durante el siglo XIX Chile enfrentó distintas crisis económicas, siendo una de las más prolongadas la que se inició en la década de 1870. Sin embargo, el triunfo de Chile en la guerra del Pacífico y la anexión de las provincias salitreras del Norte Grande permitió salir de la crisis. La gran demanda internacional por salitre, usado para la fabricación de la pólvora y como fertilizante para la agricultura, disparó las exportaciones chilenas de este minera

Consecuencias sociales de los cambios económicos. Páginas 224 a 227

Como consecuencia del crecimiento económico del país, se produjeron importantes transformaciones sociales. Surgió un nuevo grupo de empresarios mineros, agrícolas y financieros que emprendieron variados negocios; los sectores populares se diversificaron y muchos campesinos migraron hacia las ciudades, debido fundamentalmente a la imposibilidad del campo de absorber una población cada vez más numerosa. La población aumentó principalmente en las ciudades de Santiago, Valparaíso y en el Norte Chico, sobre todo en Copiapó. 

unidad Nº4 

Consecuencias económicas de la incorporación del salitre. Páginas 258 a 265
El Tratado de Ancón y el Pacto de Tregua tras la guerra del Pacífico dio a Chile el control sobre la zona con mayor concentración de salitre, mineral que sirvió en el sector agrícola como abono, pero utilizado también en la fabricación de pólvora. A fines del siglo XIX, las exportaciones del salitre eran la principal fuente de riquezas de Chile. Sin embargo, el Estado solo se limitó a percibir los ingresos derivados de las tasas de exportación aplicadas al salitre, sin invertir en la extracción del mineral. La inversión quedó en manos de privados extranjeros, quienes impusieron en las oficinas salitreras (complejos industriales de explotación de salitre) una estricta disciplina, sin que existieran regulaciones laborales para los mineros.

Transformaciones sociales de fin de siglo Páginas 266 a 269

La formación de polos industriales en el norte del país y en las principales ciudades dio inicio a una intensa migración del campo, incapaz de absorber los excedentes de mano de obra, hacia la ciudad. En estos lugares se inició la proletarización de la mano de obra peonal y artesanal, sometida a rígidos sistemas de disciplinamiento laboral. Los bajos salarios y las precarias condiciones de vida y trabajo, expresadas en la falta de vivienda, salud y servicios fueron enfrentadas por los trabajadores a través de la organización de sociedades mutuales y mancomunales, destinadas a resolver sus problemas.

Transformaciones políticas en el cambio de siglo.  Páginas 270 a 277

El gobierno de José Manuel Balmaceda estuvo marcado por importantes conflictos con sectores de la oligarquía que estaban en desacuerdo con el Ejecutivo. La política económica planteada por Balmaceda buscaba una mayor independencia económica del país y un mejor aprovechamiento de las riquezas provenientes del salitre, cuestión que mermaba los intereses del empresariado salitrero y la oligarquía. El conflicto llegó a su punto máximo en 1891 cuando el Presidente resolvió prorrogar el presupuesto nacional del año anterior para el año siguiente. La reacción de los parlamentarios marcó el inicio de las hostilidades bélicas y el inicio de la guerra civil de 1891. El resultado fue la victoria del Congreso y la derrota de la facción que defendió al Ejecutivo. A partir de ese momento, los miembros del Congreso instalaron un sistema que fue denominado parlamentarista, pero al estilo chileno. El nuevo sistema amplió los poderes de los partidos políticos representados en el Congreso y limitó las facultades presidenciales

La cuestión social.  Páginas 286 a 289

La incipiente industrialización chilena dio inicio a un período en que los obreros debieron enfrentar, junto a sus familias, duras condiciones de vida y trabajo. La falta de respuestas de la élite a los problemas sociales tensionó todavía más a la gran masa de obreros, la que optó por organizarse para lograr que sus demandas fueran satisfechas. Este conjunto de fenómenos es lo que se ha llamado cuestión social.

La respuesta ante la crisis. Páginas 290 a 293

Los trabajadores se movilizaron en torno a sus demandas principalmente a través de las huelgas, iniciadas durante la década de 1880. Paulatinamente las organizaciones de trabajadores fueron adquiriendo cada vez más fuerza hasta lograr agruparse en grandes federaciones. Entre 1902 y 1907 estallaron varias movilizaciones en Santiago, Valparaíso y en los distritos salitreros de Tarapacá. La respuesta de la élite consistió en la promulgación de las primeras leyes sociales, que resultaron insuficientes para satisfacer las demandas obreras. Por otra parte, ante la grave crisis social surgieron diferentes propuestas desde los actores políticos y sociales. En 1863 surgió el Partido Radical, más tarde, en 1887, surgió desde el radicalismo, el Partido Demócrata. Los conservadores, inspirados en el socialcristianismo y la doctrina social de la Iglesia, formaron sociedades católicas de obreros. Por su parte, el socialismo tuvo sus primeras expresiones políticas a fines del siglo XIX y luego, en el Partido Obrero Socialista, fundado en 1912. Otra tendencia que surgió a fines del siglo XIX fueron las ideas anarquistas que defendían la creación de sindicatos libres y la acción directa como estrategia de lucha contra el Estado